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Nací una estruendosa noche de noviembre, según mi madre. Tal vez por eso fui un niño feliz: aquella noche no había luna, tronaba, pero ella me enseñó a amar cualquier cosa que formara parte de nuestra existencia.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Mirada

Estoy en la calle. Es de noche. Camino encogido. Un grupo de mujeres pasa a mi lado. Ni siquiera me miran. Llego a casa de mi madre. Ella tiene el rosario en las manos. Me sonríe. Me mira menos que ellas, las desconocidas.

martes, 16 de diciembre de 2008

Búsqueda

Tengo un sueño espantoso. Espantoso. Últimamente empleo mucho este adjetivo. ¿Qué es lo que me espanta a todas horas? Nada especial. Me espanta la vida, así, sin más. Me espanta ser quien soy. Buscarte como un niño indio busca a su madre muerta.

lunes, 15 de diciembre de 2008

El farsante

El farsante se asoma a la ventana y se abre la bata. Ese farsante soy yo. Desde este piso séptimo nadie me ve. Pero me muestro desnudo al mundo, y decido olvidarme de TI. Decido que TÚ estás donde yo no te busco, así que dejaré de buscarte. ¿TE encontraré así?

domingo, 14 de diciembre de 2008

Músculos

De pronto, un día descubres que no te reconoces en lo que has escrito. ¿Eres tú ese ser odioso que arremete contra la señora gorda que ayer taponaba la cola del supermercado? ¿Es posible que tú destiles ese odio, demuestres ese envilecimiento, esas miserias? Sí, es posible, responde mi conciencia, y un extraño pesar entumece mis músculos.

Gorda

Una espantosa señora impide el trasiego de la cola. La odio, huele mal. Es una puta. ¿La amas a ella más que a mí, Señor?

viernes, 12 de diciembre de 2008

Comida familiar

Este frío húmedo me mata, dice mi madre. Los demás seguimos comiendo. Desde que cumplió los setenta en la sopa aparecen pelos. Pero no son pelos blancos, sino negros. ¿De dónde salen? Seguimos comiendo bajo el imponente crucifijo.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Dilema

Dos hombres se peleaban por la comida del contenedor. Subí a casa y cuando bajé ya no estaban. ¿A quién podría darle el tupper ware con lentejas que mi madre me había preparado esa tarde? Se acercó un tipo y se lo ofrecí. Se lo llevó a casa. Hoy lo he vuelto a ver. Me ha pedido más. Qué horrible dilema. La comida de mi madre es incomparable, la única que como más allá de platos precocinados.

¿Soy malo?

El coche rojo casi me atropella. Sigo caminando con el mal humor en la mirada. Cada vez que me descubro en un escaparate mi ceño está fruncido. Saco el mechero de mi bolsillo. Y al pasar junto al coche escucho el chirrido de la ralladura.

lunes, 8 de diciembre de 2008

En el café eché sal. Fue una equivocación. Pero me dí cuenta al tercer sorbo. Y seguí bebiendo. Algo me decía que ese sufrimiento me santificaba, algo me decía que necesitaba sentirme mal. ¿Y TÚ? TÚ no me decías nada.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Diógenes lee la Biblia

El hombre sufre el síndrome de Diógenes. La basura que yo bajo a la calle, él la sube a su casa. Dicen que es un aristócrata arruinado. Y pese a su aspecto desarreglado hay una elegancia antigua en su porte. Los vecinos del tercero están desesperados con el hedor. Y yo he dejado de ir en ascensor para no correr el riesgo de tener que compartirlo con él. He dejado en su puerta la página de una Biblia deliberadamente manchada de chocolate para que llame su atención. Tiene cuatro líneas subrayadas en rojo. ¿Serán las líneas adecuadas para que enmiende su comportamiento?

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Bosque

Vinieron dos buenos amigos a mi casa. Me hablaron de un problema familiar. Mientras me explicaban su problema, éste me parecía un bonsai, luego un arbusto, finalmente un pino. Cuando se fueron, era un problema enorme, inalcanzable, imposible de entender si no era desde TU altura magnánima. Por la mañana desperté y miré por la ventana: un bosque frondoso me hablaba de TU voluntad. Amén, musité sobrecogido.

Transformación

Mi madre nos hacía rezar un padre nuestro antes de dormir. Iba de uno en uno, de cama en cama, y como yo era el más pequeño, siempre me tocaba el último. Una noche no quise rezar. Ella se enfadó. Pasé la noche llorando, tiritando, con el aguijón de la culpa pinchándome en el corazón. Por la mañana ella seguía enfadada. Mis hermanos también parecían estarlo. Esa noche TE recé atemorizado. Comenzaste a sufrir la transformación que me lleva a verTe como no eres.

martes, 2 de diciembre de 2008

Melancolía

Últimamente trabajo demasiado. Creo que algo me inquieta. A veces me sorprendo en la oficina frisando las doce. Tengo un proyecto complicado, es cierto, pero podría regresar antes a casa. Necesito estar cansado. Agotarme para no pensar en nada. Llegar a la cama. Empezar el padre nuestro en la vigilia y terminarlo en el sueño.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Inquietante atracción

Hace tiempo mi televisión sintonizaba a un telepredicador barbudo, un evangélico. Tenía una voz ronca y unos gestos exagerados. Hablaba de Dios con una seguridad atractiva. Hablaba del diablo de la misma manera. Me inquietaba su presencia en la pantalla, me atraía. TÚ me atraes, pero no me inquietas. ¿O sí me inquietas?